lunes, 27 de julio de 2020

Poendemia Literaria (Nicolás Martinez)

Barranquilla-Colombia. 

La peor cosa que me puede pasar, es hablar de mí. Dicen que si uno, no habla bien de uno mismo, quien carajos lo haría. Algo así como, si no sé quererme, no sabré como querer a otra persona.

No me considero poeta, es mas no soy poeta, pues, no sé ser bellamente convencional. Esto de escribir es como la misma vida: un caos de muerte y renovación permanente. Se aprende a diario, es más se aprende a cada instante.

Un poeta a rebasado milimétricamente esas aulas del tiempo y se hace perfeccionista, alguien que arriba a la cima de la belleza haciendo de la palabra el cincel adecuado para esculpir la vida en poesía, con un formidable y único estilo. Pero yo no tengo ni eso. Si tuviera que admitir que tengo un estilo, me tocaría decirles, “que mi estilo, es no tener estilo”. En ese sentido, he tenido el atrevimiento de caracterizar mis textos como Antipoesía, una apuesta particularmente personal, de exorcizar los bajos mundos del lenguaje, de profanar las delicadas subjetividades de la formalidad con que se reglamenta el uso de la palabra escrita y en su defecto, las peyorativas condiciones para escribir poesía.

Con esas condiciones, me he procurado un ‘plaza’ en el intricado espacio de las artes sistémicas, y he escrito cantidades incontables de textos, algunos han tenido la enojosa oportunidad de quedar prisioneros en dos libros de Antipoesía: Poesía Tóxica, con el que me gané el título de Poeta Tóxico, publicado 2015 y Poesía para Perderse, que vio la luz en el 2018, como producto de un premio otorgado por el Ministerio de Cultura y otros cientos de textos que han ido a parar a diferentes antologías Latino Americanas, gracias a la generosidad de algunas y algunos amigos.

Espero que sea de su agrado esta escueta reseña, que procura darle el protagonismo a la palabra, que es, en últimas, el “eslabón perdido” que nos permitiría tejer un mundo justo y de amor. 


¡Rompan filas!
1
En aquella mañana
la mañana tomó su caprichosa forma
entre la densa capa de rocío que la estrecha
y aún, entre la penumbra
de horas viciadas de neblina
la apática luz
perfora la hostil dureza
de la selva, escasamente trasnochada
donde descansan las botas
de tantos viajes sin destino
y las vainas de los proyectiles
se hacen salvaje óxido
en la adulta pureza
de los musgos siempre vivos
y ellas,
ellas, gladiadoras de la trinchera
prófugas de la emboscada
y de la víbora seductora
que en los pantanos se revuelve
sobreviven a los hechizos de la montaña
a los disparos de cien soldados
cagados de susto
y al último beso guerrillero
desbocado entre la manigua
y el silencio de los caminos
y ataviadas de proyectos inútiles
engendrados en un escritorio
teñido de traiciones
donde se erige la imagen del divino niño
como pisa papeles
alegres de alegría, por deshacer a la muerte
al volver a la fila
la última
de aquel decálogo de incertidumbres
a la hora fija
el protocolo de abrazos
y nudos en la garganta
se impone
y la columna se alarga detrás la humareda
El olor a comentarios
escala por la parda falda de la altiplanicie
hasta alcanzar los micrófonos
de los que construyen verdades
trenzando mentiras con ficciones
Los miedos se anuncian
y todos apuran
el último sorbo de café
antes que las gallinas se espanten
con el traqueteo de la bienvenida a la Paz
2
y "aquella"
de boina suelta y cabello inquieto
desmonta de su espalda 60 años de batallas
y engalana de carmín su clandestina risa
Afina la voz felina de comandante
de los sueños
y como una cazadora amazónica
de legendarias guerras
expulsa del alma y de sus pulmones
con la fuerza ciclónica
de un barítono
en el estertor marginal
del póstumo concierto
la última orden
a la filas
de las siempre hermosas mujeres guerrilleras:
¡ COMPAÑERAS !
…Hoy nos despedimos de la manigua que nos protegió de los ojos de la muerte
del mapache que con su inocente susto, nos avisaba que la muerte nos olía las orejas
del río, donde lavamos heridas de muerte en nuestros pechos
hoy nos despedimos de un trozo de la más querida madre tierra
porque allá
del otro lado de los verdes
nos espera la espesura de lo que no vemos, pero aun así, tenemos claros los sueños
¡ COMPAÑERAS ¡
“La vida nos cuesta, lo que vale la Paz de los pueblos”
“La Paz nos cuesta, lo que vale la alegría de ver vivir a los hijos de esta tierra”.
Por eso y por mucho más... por el Amor, por la vida, por la felicidad y la paz de Colombia...
¡ROMPAN FILAS!
NIKO
18 de Mayo 2017





jueves, 23 de julio de 2020

Poendemia Literaria (Denisse Español)

República Dominicana.

Arquitecta y escritora (poesía, ensayos, relatos).

Cursó las maestrías Arquitectura Crítica y Proyectos (Universidad Politécnica de Cataluña) y Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana (Universidad de Barcelona). Autora de los poemarios “Mañana es Ningún día” (2013) Editorial Santuario, “Una casa en la palma de tu mano” (2016) con la editorial Mediaisla y una versión centroamericana del mismo con la editorial Casa de Poesía gestionada por el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica 2016, “Sinfonía de la sal” (2019) con MediaIsla y “Las mujeres que soy” (2019) Antología personal con la editorial Anticanon. También tiene publicados los cuadernillos “No conozco el cartero” (2016) y “Cartemas” (2018) de la colección Playa Sucia, ambos editados por el proyecto editorial La Chifurnia en asociación con el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Ha publicado ensayos críticos y literarios en diversos diarios y revistas nacionales e internacionales. Muestra de su poesía se encuentra en varios medios impresos y digitales. Fundadora del grupo literario-multidisciplinario Café de Artistas de Punta Cana y organizadora del recital poético anual de la misma localidad. Ha participado en diversos festivales internacionales de poesía.




Cartema a mi padre

(del cuadernillo Cartemas)

 

 

Papá, es lamentable que no tengas Facebook. Pudieras ver lo mucho que te recuerdan por allí, especialmente cada 3 de mayo cuando tu nombre multiplica los deseos de llorar.

Las redes sociales y ellos, con sus extensas cartas, tu foto, tu sonrisa. Las redes sociales y yo.

También hablaron de ti en Instagram, con un megáfono escrito donde las letras son punzadas. Buscan consuelo, imagino, también lo ansío. Tal vez sea yo la equivocada y deba hacer el cambio hacia el escándalo, llevar de paseo mis lágrimas, mendigar abrazos y likes.

Estos días llegan por sus gritos y aunque trato de olvidarte casi a diario el pálido aguacero de tu recuerdo contorsiona los objetos derritiendo sus verdades. Si encontrara el antídoto para el peso de tu inexistencia ¿habría tomado la cucharada amarga?

Sé que es tonto tratar de comunicarte lo que siento sabiendo que solo el silencio se vestirá de respuestas. Pero a pesar de ello quisiera decirte algunas cosas que te harían llorar de la risa, hacer una cita, sentarme en tu escritorio y recordarte que debes pensar un poco más en ti.

Insólito que el cielo esté tan atrasado en tecnología.

 

 

 

 

 

 

 

No conozco al cartero

(de Una casa en la palma de tu mano)

 

 

Poseída por la primera luz,

ese preciso ángulo de tiempo que conozco de memoria,

unas paredes que funcionan como manto,

me visitas, inspiración.

Es viernes,

las hojas más verdes danzan,

mis dedos son gargantas

que vacían el mundo mago de mi arroyo.

Las letras se confunden

entre las sombras

de un cuerpo desnudo.

Es viernes,

recibo palabras uniformadas.

Complacientes llegaron a la escuela de mi boca

convertidas en cartas del recuerdo.

Las abro,

las como en el desayuno del silencio,

algunas, tan libres, se incendian en mi mano.

Otras, resbalan por las hojas,

su cuerpo ligero

es absorbido por la piedra.

No conozco al cartero,

pero ha sido su culpa.

Cultivó las gotas, ahora nacen brotes en las esquinas.

No conozco al cartero,

posiblemente está su cara dibujada

en la filosa piedra,

en la danza de hojas

que agreden el perfecto hueco de la ventana.

Quizás vive dentro de las cartas

o saltó de algún verso disfrazado de cuento

de este ínfimo libro de piel.

No sé quién es, lo prefiero así

que continúe escondido,

en su función secreta,

siendo sueño de millones de caras,

de tantos ojos, de todas las miradas.

 

 


lunes, 20 de julio de 2020

Poendemia Escritores (Sulama Lorenzo)

 (Guatemala) Mujer maya mam. Residente del pueblo Concepción Chiquirichapa, Quetzaltenango-Guatemala. 14 de mayo de 1994. Aprendiz en el camino de la poesía, amante de la fotografía y el teatro. Integrante del Colectivo Las Misteriosas (obras de teatro de títeres en miniatura), integrante del grupo de Teatro Humanos a la obra de San Juan Ostuncalco. Estudia la carrera de trabajo social en la Universidad Rafael Landívar, trabajó en CEIPA en la Promoción y defensa de los Derechos de Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes. Actualmente trabaja en la Asociación El Refugio de la Niñez. Ha participado en el 14 Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango y en otros festivales y lecturas de poesía a nivel, local, regional y nacional. Ha compartido textos la revista digital “Más allá de la cortina” de Costa Rica. Le han publicado textos en la antología “Mujeres del Viento” Siete nuevas poetas guatemaltecas publicado por Metáfora Editores en el año 2017 y en la Antología “Modelo 90” muestra de poetas guatemaltecos nacidos en la década de 1990 en el año 2019 por el Proyecto Editorial Los Zopilotes.



Mujer con su indumentaria

 

Bajo mi güipil guardo luciérnagas que van alumbrando mi camino

Allí es donde también escondo mis pechos de luna que danzan en el infinito

Bajo mi corte escondo pétalos de flores, su aroma sabe a deseo y anhelo.

En medio me encuentro rodeada por mi faja que me entrelaza en el universo

 

Voy pues adornada de suspiros, espantando a las libélulas bonitas

Voy hacia ti, plantando fuego en las calles.

 

 

Piel de pájaro

 

Veo el infinito volando en el tiempo de tus manos

La suavidad me hace reconocer los suspiros que he recolectado

Vestida de noche, danzando en noviembre, descargando miradas,

Olores que saben a erotismo, curvas de nubes girando lentamente.

 

En ella se escriben caminos de ilusiones que solo recorren la libertad

Bajo esa piel existen pájaros que albergan para desbrozar los silencios

Me desincronizo de la realidad, los sueños son más que suficientes, no puedo parar de percibirlo, se acelera el ritmo, me lanzo al eterno amor y muero.

 

Poendemia Escritores (Dennis Ernesto Morales)

(San Salvador, 16 de marzo 1994). Licenciado en Letras. Miembro del taller literario El Perro Muerto. Con su obra Exhumación de la vida, obtuvo primer lugar en el V Certamen Centroamericano de Poesía Ipso Facto, convocado por Editorial EquiZZero, en 2015. En 2017 su poemario Un hombre cae sobre la pupila del mar recibió mención de honor en el I Certamen de poesía Armando Rodríguez Portillo, posteriormente el poemario apareció en La poesía es un atentado celeste Taller Literario el Perro Muerto. Antología póstuma. Ha publicado en revistas impresas y digitales. Forma parte del grupo literario Tezcatlipoca.




 OCTUBRE ES LA MEMORIA

Ayer, la niebla de la tarde se congregó en el fuego que sostenían unas manos devastadas,
sus dedos se desmoronaban como un hormiguero por el viento.

 
Hoy, el sol salió debajo de un caldero
sin esperar que la madrugada cantara los gallos.  
Desde anoche,
es un invierno interminable el del fuego en este país. 
Para sobrevivir los campesinos encenderán los cañales
y verán caer las cenizas como una tormenta de nieve. 
Este es el invierno que conocerán nuestros nietos.

Sin embargo, esta época inició en otras quemas.
Un pequeño observó el origen de este invierno desde un autobús en llamas,
el sonido de su cuerpo calcinándose
apagó el verde de las hojas en los árboles cercanos.
De sus huesos solo quedó humo:
una nueva bandera para esta patria
de la ceniza eterna.

(Un hombre cae sobre la pupila del mar, 2018)

 

 

 

 

 

FORAMEN OVAL


Pero no: la vida no tiene sentido
Nicanor Parra

Nadie nos preguntó si queríamos arder sobre estas heces
de hombres decapitados en guillotinas a vapor
o de suicidas colgados en el tendido eléctrico
—ningún arcángel bajó del cielo a tomar nota—.
Solo se escuchó un estruendo en el polvo.
Ahogaron nuestro llanto con migas de pan,
nos arrebataron la única esperanza de agonizar.

Fuimos animales errantes,
nuestro nido se perdió  en la combustión de  los vasos capilares de la tierra.
No teníamos semillas que sembrar en nuestra boca,
hierba artificial mascaban las bestias en los campos.
Seccionamos los labios del océano,
lo repartimos en partes iguales ante los ojos de la sed.
Las dunas del desierto consolaron nuestros pies cansados.
Bailamos en un suelo húmedo de sangre.
Regresamos intactos del frío. De nuevo comenzamos a arder como lo hacíamos en el vientre.
Vestimos a los muertos con los mismos trajes de nuestra miseria.
Aprendimos el arte de contar leyendas simples
(esas mentiras trajeron paz y fortuna a los hogares).
Extraviamos los menguantes de la luna en un telegrama,
arroyuelos y mares se disolvieron en un vaso.
Destrozamos sauces y álamos para inventar la nieve.

Nos hincamos frente a un santo de trigo:
tragamos a dios noche y día.

(Un hombre cae sobre la pupila del mar, 2018)


Poendemia Escritores (Zaira Eliette Espinosa)

(Monterrey, N.L. 1977). Poeta, gestora cultural y editora. Ha publicado su trabajo literario en diferentes antologías de México, Canadá y Ecuador.  Compiladora del libro: El Sueño y el Sol, poetas jóvenes de Nuevo León nacidos entre 1985-1993 (Ediciones Intempestivas, Monterrey, 2011). Autora del poemario: Hierba de los días (UANL, 2011). Becaria por el Centro de Escritores de Nuevo León (PECDA, 2007) en el rubro de poesía. Fue Consejera Vocal de Literatura para Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (2013-2016) y actualmente para la gestión 2019-2022.  Coordina el proyecto Pasionarias, mujeres en la literatura. Es gestora de proyectos e iniciativas literarias y culturales. Promotora de la campaña #librosquesuenan para Radio Ultra 90.1 FM, programa Amplificador en Canal A+ de TV Azteca Noreste; así como columna semanal digital e impresa en el Periódico El Horizonte de Monterrey.  

 

Tendré un hijo de tu sombra

engendrado de hazañas y feroces días

en los que abrir los párpados

era cerrarlos

y cerrarlos era abrirlos

tu oscuridad

un hijo

mi vientre trasiego

dime qué harás con mi semilla

tendré un hijo

que en lugar de llevar tu sangre

llevará microscópicos espejos

con tu rostro

 

la ausencia tomará su forma

finalmente

mi hijo

tendrá tus ojos

los que conocí ya vacíos de certezas

y en el reflejo de su sangre

que no es mi sangre ni la tuya

se apreciarán los rayos del poder de un dios

creador de todo y nada

porque en el vacío hiriente

concéntrico

existe todo y nada

 

dime qué harás con este fruto

que en lugar de llevar mi boca

llevará el aguardiente silencioso

del desierto

tendrá tus mudeces

con todo y su filo que al mirarme

cada vez, mi hijo propio

lastimará mi presente

 

de tu sombra fértil

va a nacer la vida inerme

dime qué harás con esa raíz

hecha de aire y recuerdo

que en lugar de llevar mis ojos

llevará dos brújulas para encontrarte

una sería suficiente

si te anclaras al pasado

 

 

mi gestación va a ser larga

punzante

tendré miedo de escuchar

su llanto preludio al canto de la noche

miedo de verle el rostro

moldeado de tus silentes besos

temor a parir después de tantos años

a una criatura con

sangre de viento

hecha de nosotros, pero no de ti

solo de tu sombra

 


Poendemia Escritores (Armando Maldonado)

(Tegucigalpa, Honduras 1983). Poeta, editor y gestor cultural. Fue fundador del Grupo literario Máscara Suelta. Fue miembro del Colectivo de Poetas PaísPoesible y del Taller de Poesía Edilberto Cardona Bulnes. Director de Ediciones MALPASO. Corresponsal de la Revista Literariedad. Ha publicado: Misa de los suicidas en 2019, Coloquio de la tempestad en 2019, Un poema que hable del mar en 2016 y Así tu cuerpo en 2013.



EL ARGONAUTA

 

Navegar é preciso

Viver não é preciso...

Caetano Veloso

 

A Cesar

De lo que dice Píndaro

no te contaré nada,

en la piel de los claveles

está escrita las historia

de los que no murieron en el naufragio.

 

Antes de salir de viaje

tienes que saber

que en el corazón

se forjan los barcos,

en el astillero encarnado

que tus antepasados

trajeron del sur en sus bolsillos.

 

Solo una canción

llevarás cuando salgas

del puerto de mi abrazo,

solo un tarareo cuneiforme

que te acompañará

en la tempestad

y en la soledad del mar.

 

No hundas tus pies

en la arena de la noche,

no busques las escamas

que adoran los estranguladores

del reflejo de la luna

y por ningún motivo

escarbes en memoria

para recordarme estas palabras.

 

Sube a tu barco con las manos heridas,

cercenado de todo rencor

a los hombres que le fueron infieles

a los folios antiguos de la cabalidad.

 

Sube al barco

con la frente perfumada por la ancianidad de mis manos.

 

Sube al barco

con el recuerdo en la tumba de tu madre.

 

Sube al barco

sin más destino que el astillero encarnado

que tus antepasados

trajeron del sur en sus bolsillos.










Poendemia Escritores (Sofía Ferrés)

(Montevideo, 1980) es autora de O Pequeno Livreto de Haicais (Ed. Oficina Tipográfica de São Paulo, 2017), En_vuelta (Ed. Laranja Original, 2018, finalista del Premio Glória de Sant'Anna 2019) y Desmatéria (Ed. Macondo, 2019, ganadora del Premio Glória de Sant'Anna 2020). Sus poemas también están publicados en las revistas literárias A Bacana (Portugal), Voz da Literatura (Brasil), Ruído Manifesto (Brasil), Palavra Comum (Portugal), Eufeme Magazine (Portugal), entre otras. A parte de la literatura, es aficionada de las artes gráficas y textiles, thetahealing y conciencia corporal. Su próximo libro será en español, su lengua nativa.





Cada dia uma construção.
celebro a cada esquina
o que se antecipa:
alguns encontros
rostos arqueados
mãos prateadas
frases eventuais.
um mundo página em branco.

amo os dias de antemão
e escrevo-os,
palavra por palavra.



*****************



já nada espero deste amor
lento como voltar de uma viagem
o destino deste corpo 
percorrendo cego o nervo
da boca procurando o sul.

ouço o amor
soterrado no húmus da terra 
onde mergulho a mão
e cultivo
todo o esquecimento 
em barro e quartzo.

*****************



nos deitamos
e o silêncio repousa.

tua voz molda no ar 
o cheiro que a noite 
trará em você. 
abandonamos roupas 
os ossos, as reflexões
abstraindo tudo o mais.

então as sílabas tropeçam, 
desabitadas.
o amor enfreia as palavras.

este quarto há de nos enterrar: 
a luz vai se fechando sobre nós 
como um abraço e finda.

Poendemia Escritores (Leonor Riveros Herrera)

(Calarcá, Quindío. 1957). Poeta y narradora integrante del Grupo Poético Esperanza y Arena con el que ha publicado algunos de sus poemas en antologías. Parte de su obra ha sido publicada en antologías extranjeras. Ha sido partícipe de jornadas de lectura en distintos centros poéticos del país. Ha participado en festivales, colectivos y encuentros literarios como el del “Jetón Ferro” en Chiquinquirá. En la FILBo 2019 se llevó a cabo el lanzamiento de su primer libro de poemas “Zaguán de las palabras”. También ha asistido a Talleres Literarios en la capital: Taller Distrital de Poesía (actualmente) y Talleres de Escrituras Creativas desde 2016. Se desempeña como Consejera de Cultura en la Localidad Rafael Uribe Uribe de Bogotá.  


 


1. A las puertas del bar

 

Humedecida de alfileres cristalinos

acudió al llamado

que atormentaba la memoria.

 

En el mismo bar

donde el tiempo se detuvo,

imágenes silenciosas

repetían escenas de lujuria

y el gesto amado persistía

en embriaguez de la cerveza,

desde la entraña humeante

que tiznaba de llanto el cenicero.

 

Como si un tatuaje irreversible

apretara entre sus manos el recuerdo,

la misma botella de ayer,

en la misma mesa,

la esperaban para brindar por ella.

 

 

2. Gratitud por un nombre

 

Un colegio de bachillerato.

Un universo de sueños flotante en los salones.

Un ejercicio difícil bien logrado.

Una juventud en la memoria.

Un final de año entre mis dedos.

Una clase de Español que no se olvida.

Un sainete de Vargas Tejada que, de tanto ensayarlo,

convulsionó de risa.

.

Un trayecto insospechado hacia el poema.

 

Un viaje en barco sin regreso.

 

Una carta escrita a mano

contándole de alumnas y de horarios.

Una postal de Europa y un consejo.

Una lágrima en las líneas del cuaderno

y mi gratitud inamovible

evocando un nombre.

 

Una profesora de Español y Literatura

que por ninguna parte ubico.

 

Un adiós sin pronunciarse

y un abrazo 

para mi Profesora Lucero Sánchez.

 


Poendemia Escritores (Venus Ixchel Mejía)

Tegucigalpa, Honduras, 1979. Poeta, editora y docente. Licenciada en Letras por la UNAH y Máster en Lengua y Literatura Hispánica por la UNA...