Tegucigalpa, Honduras, 1979. Poeta, editora y docente. Licenciada en Letras por la UNAH y Máster en Lengua y Literatura Hispánica por la UNAN-León. Catedrática en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Ganadora del primer lugar en el certamen de narrativa breve: “Julio César Anariba” 2017. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, al francés y al italiano.
Publicaciones: Poesía: Ad Líbitum, Editorial Ixchel, 2012; Venus [in] Victa, Editorial Ixchel, 2016; Manifiesto de la Mujer Lobo, Goblin, 2018. Antologías poéticas: Soles de
Media Noche México, 2014; Women’s
poems of protest and resistance, Honduras
(2009-2014) Casasola, US, 2014; Chamote,
una amalgama de voces poéticas de nuestra
América, Punto de encuentro, Argentina, 2015; Voces de América Latina, MediaIsla, US, 2016, Antología Los
Trabajos del Tiempo, Ladrones del Tiempo, Colombia, 2019.
De Manifiesto
de la Mujer Lobo, 2018:
Lobos
Hay lobos afuera, hija, lobos que presienten tu piel
y tu sangre; lobos que pueden saquear los calendarios tan solo para tocarte.
Hay lobos enfurecidos con la frescura de tu vientre, lobos inquietos por el
devaneo de tu pelo y el instinto de tu llanto.
Hija, los lobos no tienen descanso, ellos ya no
encontrarán la calma mientras el rocío les recuerde el aroma de las niñas. Hay
lobos también en las casas, hija, lobos que sonríen mientras hacemos la oración
de los alimentos, hija, lobos que salivan cada vez que te sientan en sus piernas
para contarte una historia.
Inédito:
Rigor
mortis
A
nuestros migrantes
La patria
pide asilo
a los
ciegos,
mientras
nosotros caminamos hacia el destino
en la
baraja del día.
Otros
quedan durmiendo.
Se
arropan con la piel del futuro,
animal
imposible de cazar.
El océano
es un murmullo de manos
atrapadas
en redes.
Una niña
espera entre papeles
su dosis
de silencio cotidiano.
"Hoy
vendrá la lluvia"
publican
las cigarras
que han
sido sobornadas por la arena.
Parece
que algo quiere nacer
en este
desierto.
Me acerco
entonces a contemplar el mundo.
El mundo
está hambriento
y no me
oye;
ruge y
llama a su manada.
Yo me
siento a esperar,
la vida
puede pasar un día en esta oficina del infierno.
En mi cartera
llevo escondida a la patria
como un
espejo,
océano en
rigor mortis,
donde la
mentira se detiene
a
contemplar el abismo.