Pablo nació en IximUlew, hoy llamada
Guatemala. Es mestizo kakchiquel.
Reniega de la identidad nacional, esa comunidad imaginaria construida
desde las élites. Ama las luchas de resistencia de los pueblos latinoamericanos
y el escenario verde que las cobija. Ha publicado Relatos verdes en escala de
gris (Magna Terra, 2015); Ana es la luna y otros cuentos cotidianos (Magna
Terra, 2017); Entre la milpa (Editorial Universitaria, 2017) y Repaso por un
fuego interno (Ediciones el Rosario, 2019). Con la luna cómplice, comparte el
disfrute de los días y las noches de tormenta.
Estos cinco poemas son parte del libro: Repaso por un fuego interno.
Ediciones el Rosario, 2019. Presentado en el VII festival internacional de
poesía contemporánea San Cristóbal de las Casas en agosto de ese año.
Fantasma del amor presente
La dimensión donde los muertos reinan
es aquí
en este salón imaginado con mis manos
adentro el aire es un misterio
un regateo constante
una muestra del otoño que
nunca fue
afuera todo es verde
o más bien rojo
y los perros siguen ladrando
olfatean y creen
que tus ojos de verdad existen.
Raíces al viento
Tengo esta extraña costumbre
de exponer mis raíces al viento
contar memorias y relámpagos
a través de murmullos y truenos.
Tengo el hábito silente
de enredarme en el gris del día
en la trama misteriosa
de tu último sueño.
Tengo esta extraña costumbre
de trazar ramas eternas
hacia el centro reptil
del corazón del cielo.
Tiempo de piedra
En el tiempo de una roca
somos nada más que
instante.
Insensatos edifican muros
con cientos de piedras,
yo prefiero que éstas asalten mi mano
profanen el movimiento de mi brazo
mientras mi
piel las enamora.
Luego...
verlas rebotar en la superficie del lago
tres o cuatro veces antes
de hundirse.
El lago confiesa
con susurros de xocomil
migrante
que le encanta el roce violento de las piedras
y ellas se dejan llevar borrachas
al centro de la tierra.
Imagino las orgías de burbuja y humedad
que arman en lo profundo, sonrío.
Instante bajo el agua soy
y qué fortuna.
Milpa es mi amor
Tus manos amenazadas por la muerte
buscaron refugio en la montaña
en la semilla enterrada
La lluvia las libró del olvido y la guerra
volvieron para hacer milpa
para enseñarme a sembrar
para enseñarme a querer
milpa es mi pensamiento
milpa es mi trabajo
milpa son mis hijas
milpa es mi amor...
Conjugación de la mañana
Yo milpeo, sólo así sé de la vida
Vos milpeás, rompés los miedos,
humedecés la tierra, inventás el mundo
Ella milpea, se ve bella y alegre
entrevera canciones y frutos
camina lento mientras sonríe
y hace que el día se venga
Él milpea, no lo sabe pero milpea
le han impuesto dureza
cuando empiece a llorar
labrará mejores surcos
Nosotros milpeamos, hacemos el amor
cada mañana, en cada insolencia,
en cada intento de ciruelas
protegemos el suelo, lo queremos húmedo
recogemos hierbas, sembramos luceros
repartimos versos escritos
en
semillas aladas
Ellas milpean
se ven tiernas cuando se besan
de la ternura pasan a la lujuria, juntas
milpean porque saben,
eternas e imprescindibles brujas
saben lloverse, saben hacer llover
privilegio rotundo su cercanía
Yo milpeo, no por mi cuenta
es imposible la milpa en soledad
la milpa es barullo
compañía, solidaridad
Sé de un mundo que es milpa universal
allí vos y yo nos enterramos cada noche
la luz surge con el primer abrazo
la guardamos un ratito
entre la piel
para soltarla con los pájaros que anticipan
la germinación de
cualquier semilla
el rugir de todos los jaguares
la resurrección
de cualquier
enjambre
la creación de
toda nueva vida
el abrigo de todos
los misterios
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