Poeta - gestora social, Artística y cultural. Graduada en Relaciones Públicas y Comunicación, actualmente estudiante de Bellas Artes y Antropología, Rebeca inicia su producción poética en el año 2014 y publica su primer libro “41 meses en pausa” en el 2018 con la Editorial Nueva York Poetry Press. En el 2019 publica la plaqueta “Reporte del tiempo” con poemas inéditos, con el Proyecto Editorial La Chifurnia.
En enero del 2017 lanza la plataforma literaria Palabra
y PUNTO (www.palabraypunto.com), proyecto que busca la exploración de diferentes acciones
relacionadas con libros, lenguaje y literatura como objeto de arte, a través de
acciones concretas, el cual se encuentra en etapa de reorganización.
Participante y colaboradora del Taller-Laboratorio
Tráfico de Influencias y Productora Ejecutiva del Festival Internacional
de Poesía de Costa Rica (años 2016 y 2017); productora de los proyectos
Fuego Cruzado y Canto a la Semilla, con una primera edición durante la
Feria Internacional del Libro de Costa Rica 2019 y del proyecto Ojo de
Cuervo -Encuentro Centroamericano de Escritura de Mujeres, iniciado en El
Salvador en el año 2019.
También invitada al Festival Mesoamericano de
Poesía (Soconusco, México) -2017-, Festival Internacional de Poesía “Los
Confines” (Honduras) -2018-, Festival Hispanoamericano de Poesía Arquímedes
Cruz y Claudia Jovel (El Salvador) -2019-, Festival Internacional de Poesía de
Turrialba (Turrialba, Costa Rica) -2019-, entre otros.
DERECHO DE RESPUESTA
Se le olvida
al poeta
que el resto
del mundo
también
tiene derecho
a sentirse
rancio.
Que no es
territorio exclusivo del poeta
el infierno,
la mala
noche,
el amor
podrido,
la mujer que
lo manda a la mierda,
la orina de
rata,
ni el azufre
que se mete
en los
órganos internos.
SILENCIO FORZADO
Un montón de
palabras
se me atora en
la garganta,
como si el
puño de un camionero,
se metiera por
la fuerza en mi boca.
Necesito
vomitarlo,
sacarlo de mí
para que no me ahogue,
deshacerme de
los fonemas
que se me
atascan
cuando quiero
decirlo todo.
O tragarlo
y desaparecer
los ojos asustados
que me miran.
De todas
formas,
ya hasta
digerí
mi propia sangre
coagulada.
RESONANCIA
Hay momentos
que me sorprenden
y hacen que mi
corazón suene.
No late,
suena.
Se escucha por
encima
del ruido de
la mañana.
MONTAÑA RUSA
No me importa
que el título
venda el
poema.
Esta vez no
importa.
Porque hay semanas
que la poesía
no me salva,
pero me sube a
la montaña rusa
de los
pequeños detalles.
Tampoco
importa
si abuso del
gerundio.
Me importa
poco abusar de los adjetivos,
Porque hoy la
poesía
no me está
salvando.
Me está
tirando, amarrando,
haciendo rebotar
de un lado al otro.
Desanudando y
desordenando los cordones
de mis
esperanzas.
No se
recomienda abusar de los listados,
entonces
díganme qué hago con:
los sábados perdidos
el sillón mostaza
la cama sin colchón
el comedor diminuto
los libros en desorden
los papeles con sueños
las casas llenas de
palabras
las bocas silenciadas
los besos desperdiciados
el agua de mi fuente
el hueco en la mirada
las tristezas.
La poesía no
salva,
solo te monta
a una maldita
montaña rusa.
LINDA LEE
Cherkovski tal
vez tenga razón:
Linda zanganea
por la vida
sin Hank.
No vive,
pinta poemas
en los lienzos,
rastrea
palabras en el fondo de las botellas,
se acomoda la
nariz
como si se
tratara de un corazón.
Le bailó,
puso su cabeza
en un pedestal.
Sin saberlo
le autografió
una mortaja en blanco.
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