Managua, Nicaragua, 1987. Escritor. Economista. En el 2017 publica el poemario “Ruinas del Árbol” con el sello editorial 400 Elefantes (Nicaragua). Ganador del primer lugar en cuentos del V Encuentro Nacional de Jóvenes Creativos por el Arte (Managua, 2004). En el 2010 sus poemas “En pena” y “Hoguera” quedan en la Lista de Ganadores del VII Concurso Anual de Cuento breve y Poesía de la Librería Mediática (Venezuela). Sus poemas han sido traducidos al italiano y griego. Ha publicado en diversas revistas electrónicas e impresas latinoamericanas, por mencionar: Revista Altazor (Chile), Círculo de Poesía (México), Carátula Centroamericana, Hilo Azul (Nicaragua), Revista Ágrafos, La Prensa Literaria (Nicaragua), 400Elefantes (Nicaragua), Letralia (Venezuela), Pórtico21 (Editorial de Costa Rica), La Estantería (México), Resonancias Literarias (Francia), Efory Atocha (Cuba), Revista Literatta, Θράκα Περιοδικό Εκδόσεις (Grecia), entre otras. Seleccionado para aparecer en antología del IV Concurso de Micro relatos Eróticos (Ediciones de Letras. España. 2016), en la V Antología de Relatos Eróticos (Ediciones Con Talento. España. 2016), en “Tierra breve: Antología centroamericana de minificción” (INDOLE Editores. El Salvador. 2017), y en “Las Huellas de las hormigas: muestra colectiva de minificcion contemporánea nicaragüense” (Parafernalia Ediciones Digitales. Nicaragua. 2020) Actualmente escribe desde su blog personal “Manual del Desasosiego” (manualdeldesasosiego.wordpress.com).
Derrumbe
Lo
triste no es morir.
Es nuestra salvación,
la manera de conceder al destino el privilegio
de resolver lo que no hemos concluido.
Lo triste es quedarnos a punto,
con la miseria ensartada en las manos llenas de mierda,
con el ¡Dios mío! a medio grito,
con la herida de hambre medio abierta,
y la cabeza desnuda y sin techo,
fracturada por el último derrumbe.
Septiembre,
2017
Monumento a mi inquisición
Lo cierto es que nunca quise
ni
quiero soñarte perfecto.
Me
gustan los templos en ruinas,
las
murallas agrietadas,
las
criptas que nadie visita
y
el lento desenfreno de las hierbas.
Te
prefiero así, remoto y abstraído,
como
la esperanza nocturna
que
muere antes de tocar la luz.
Potro
de mis torturas,
horquilla
de mis miedos.
Te
prefiero así,
invencible
en el rodeo de bestia salvaje
huyendo
de la soga que doma,
para
luego despenarme fiero contra la puntilla
que
de una estocada acorte
mi
impostergable fin.
Septiembre, 2019
Sed de sal
Hay dos vertientes
que se extinguen en tu cuerpo
y hacen agua en tu boca apacible.
Amo el mimetismo de tu sombra
en la clandestinidad del campo.
Amo tu voz de agua,
la pesadez de tus ojos
agrietados
cuando los cierro
con la palabra en ruinas.
Es tu agua
brote de la vid,
agua salobre que parte mi lengua.
Tengo sed de lo que escapa.
Sed de grietas.
Sed de sal.
(De “Ruinas del árbol”. 400Elefantes.
Nicaragua, 2017)
Credo
Ella es el mundo que otros desgarramos
José Emilio Pacheco
Creo en la piedra que se lanza desde el espacio
para hacerse arena frente al mar.
Creo en la piedra antigua que la palabra
usa para esculpirse universo,
y es llave que abre el sepulcro en la gran
victoria sobre la muerte
se despedaza
y fracciona
como cráneos que se parten
al ocaso del pensamiento en el cosmos
sacrosanto
la poesía es piedra que agrieta,
y vuelta pan del desierto
vislumbra desde el fondo de la propia
existencia
provocando nueva luz de luz,
fuego inconsumible:
combustión de vida.
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