(Guatemala, 1994). Fundador y miembro único del colectivo Bartleby. Creador
de La Poeteca: taller de escritura para sensibilidades creativas. Ha publicado Asubhã (Premio Manuel José Arce;
Editorial Universitaria, 2016) y Alturas
de Wall Street (Premio Ipso Facto; Editorial Equizzero, 2018; Tujaal
Ediciones, 2019). Ha colaborado como editor, antologador y columnista en medios
físicos y electrónicos. También ha participado en festivales y encuentros
literarios de toda Latinoamérica.
EL EPICENTRO DE LA POESÍA
Cuando la poesía
sucede
en lo que menos
piensa uno,
en ese momento,
es en su epicentro.
Uno se concentra en
sostener
los cuadros de las
paredes,
calmar el garrafón
del agua,
poner a salvo la
vajilla
y meter la
esperanza bajo la mesa.
Muchas veces se
intentó
pero nunca se pudo.
Qué difícil
registrar
el momento justo
cuando la poesía sucede.
Es horas después
cuando uno puede
determinar su
magnitud en la escala Richter,
dar declaraciones a
la prensa,
sostener el
micrófono
y alardear sobre
los acontecimientos.
Y cuando los
reporteros preguntan,
desde el público,
por el epicentro,
uno nomás se sienta
a leer el reporte
y afirmar una
ubicación
cualquiera pero
sensata,
aunque a uno,
al final de
cuentas,
no le conste,
y todo sea una declaración
de fe.
xii
callada nación de piedras
en cuál de todas escondes a la
predilecta
la tortuga el hogar del número trece
la humilde forma de la lluvia
el coagulado guardián de tierra
busco entre las ruinas tu nombre
y son tu nombre las ruinas
grito para encontrarte
y eres a la vez la voz que te busca
callada nación de piedras
erras por el mundo
impulsada por la venganza
o el dentado camuflaje del silencio
callada nación de piedras
dura escalera de cuchillos
¿te atreves a lamer el perfume de los
hombres
a entregar la máscara interna de los
ojos
la escritura secreta del tiempo
escondida entre las piedras
tallada por las sombras
virutas de oscura luz entre la cólera?
fálicas alturas incestuosas
empeñadas en llover sobre el sepulcro
sobre la herida labrada en el tejido
trabajado por las horas
por los dedos dorados del pasado
y los labios mudos
que hablan de la pena del calendario
piedra
ojo perdido en el paisaje
caligrafía errante
lenguaje pausado o migaja solitaria
habla por la piedra
por el arrecife sonoro bajo las nubes
por la tierra mezclada con la pólvora
por el rostro dormido en el paisaje
piedra
estrella cansada
habla después de tantos años
porque nunca habías caminado más allá de
lo concreto
de la nariz del pensamiento
y de los pensamientos de la sombra
paisaje andino
callada nación de piedras
canta flor y canto
porque he venido a plantar un cadáver en
tu pecho
con la promesa de traerte flores a
diario
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