sábado, 13 de junio de 2020

Poendemia Escritores (Francisco Trejo)

Ciudad de México, 1987 es poeta, ensayista, investigador y editor. Maestro en Literatura Mexicana Contemporánea por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Sumario de los ciegos. (Antología Personal) (2020), Derrotas. Conversaciones con cuatro poetas del exilio latinoamericano en México (2019), Penélope frente al reloj (2019), Balada con dientes para dormir a las muñecas (2018), De cómo las aves pronuncian su dalia frente al cardo (2018), Canción de la tijera en el ovillo (2017/2020), Epigramas inscritos en el corazón de los hoteles (2017), El tábano canta en los hoteles (2015), La cobija de Ares (2013) y Rosaleda (2012) son sus libros publicados. Una muestra de su obra está incluida en la Antología general de la poesía mexicana. Poesía del México actual. De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días (2014). Entre otros reconocimientos, obtuvo el VIII Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2012, el XIII Premio Internacional Bonaventuriano de Poesía 2017 y el VI Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2019.


BOCANADAS
 
 
Si pienso en tu cárcel, Mauricio,
pongo en duda mi propia libertad
desde los bolígrafos,
el cuaderno de notas
y el tedioso ruido de mi sangre.
Es posible que ambos anhelemos la salida,
cuando la naturaleza del dolor
es una serpiente
con la necia tarea de estrecharnos.
Nada es libre, ni siquiera el viento,
porque viaja kilómetros
para llegar y condenarse
a nuestras absurdas bocanadas
                               de hombres infelices.


ÉLITROS
 
He pensado siempre que hay algo de esquirla en mi nombre.
Si libertad significa en sus enjambres,
no siento un par de élitros cuando alguien lo pronuncia.
Siento un golpe en los huesos, porque me rompo al escucharlo:
dudo tanto de portar
                      la máscara que buscan.


GIRASOLES 
 
Cuánto hay para contar sobre los golpes que me diste, madre.
Cuánto sobre la vez que me abriste la boca
y el grifo de las lágrimas
por romper la calma de la casa en día domingo;
porque siempre fue la paz tu jarrón más anhelado,
para ocuparte de los soberbios girasoles
tan abiertos, igual que tu amargura.
Aprendí el dolor del mundo
como se aprende la rabia del océano en las orillas:
mirando, sin más, sin prever las arenas en el aire.
Me lastimaste algunas veces, Teresa,
y sin embargo te amo,
como el pájaro al viento que ayer tiró su nido.
Y en este acto, mujer, encontré una ruta
para llegar a la poesía
y descubrir a los amigos en el festín donde se canta:
Cada poeta tiene algo que decir sobre cómo llegó al mundo
y sobre cómo llegó al verso en el que vive.



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Poendemia Escritores (Venus Ixchel Mejía)

Tegucigalpa, Honduras, 1979. Poeta, editora y docente. Licenciada en Letras por la UNAH y Máster en Lengua y Literatura Hispánica por la UNA...